Si eres un principiante o nunca has hecho ejercicio de forma seria y continuada, es posible que pienses que el calentamiento y el estiramiento antes del ejercicio es algo que puedes saltarte sin ningún problema. No te preocupes, porque pensar así al principio es lo normal, y todos lo hemos hecho hasta que han venido las lesiones a enseñarnos la importancia de estirar y calentar debidamente.
Sin embargo, incluso a niveles avanzados, hay cierto debate sobre cuánto y tiempo y con cuánta intensidad se deben realizar estos ejercicios previos. Hoy vamos a resolver estas dudas para ti, así que lee bien y aprovecha estos consejos para poder mejorar al máximo tus próximos entrenamientos.
La preparación para el ejercicio consiste en hacer que los tendones del cuerpo de estiren y pierdan su rigidez, los músculos se suelten y se liberen y, muy importante, para que las articulaciones puedan moverse sin problema en todo su rango de recorrido.
Estos son los objetivos principales del estiramiento y el calentamiento. Sus beneficios, por supuesto, serán fundamentalmente dos: permitir ejecutar mejor los ejercicios, al tener una menor rigidez y mayor rango de movimiento, y evitar la aparición de lesiones, que se dan precisamente al cargar en exceso un músculo que aún no está preparado para actuar debidamente.
Otro de los grandes enigmas. Hay dos escuelas de pensamiento: la que considera que se debe estirar primero, porque así evitas lesionarte durante el calentamiento, y la que considera que se debe calentar primero, porque con el cuerpo caliente se estira mucho mejor y sin riesgo.
La verdad es que ambas son ciertas. En realidad, calentamiento y estiramiento no tienen por qué ser dos polos opuestos. Al calentar, por ejemplo andando en una cinta o en una elíptica, ya estás empezando a estirar tus músculos. Igualmente, al estirar de forma dinámica estás permitiendo que tu cuerpo vaya cogiendo temperatura de forma gradual, así que la respuesta es simple: haz lo que a ti te venga mejor y te guste más.
Aquí está, por fin, la pregunta del millón. Seguro que has visto a gente que, antes de hacer una sesión de sentadillas o una carrera, se llevan el pie a la mano, hacen como que estiran sus cuádriceps, y ya comienzan a hacer el ejercicio. Craso error.
Por otro lado, otra gente se toma demasiado en serio el calentamiento y el estiramiento, y terminan haciendo más de media hora corriendo en la cinta y una sesión completa de yoga, perdiendo así toda la energía que deben usar después en su entrenamiento.
Como en tantas otras cosas en la vida, la respuesta a la pregunta sobre cuánto debes estirar y calentar antes de un entrenamiento es la del término medio. Ni tanto ni tan poco.
Normalmente un estiramiento dinámico de unos 5 a 10 minutos es suficiente, acompañado con 5 minutos de cardio ligero, que puede ser simplemente andar en la cinta. Todo depende, en cualquier caso, de qué parte del cuerpo vayas a usar. Si lo que vas a hacer es simplemente una sesión de bíceps en el gimnasio, en realidad tu estiramiento se debería enfocar sobre todo en los hombros y la espalda, y no debería durar prácticamente ni 5 minutos. Si te enfrentas a una sesión larga de ciclismo, atletismo o sentadillas, sin embargo, es recomendable que tu calentamiento y sobre todo tu estiramiento lleguen a los 10 minutos, porque la cantidad de músculos, articulaciones y tendones afectados es mucho mayor, además de que vas a estar trabajando una zona del cuerpo que es mucho más propensa a sufrir algún tipo de lesión.